El mantenimiento del coche no se limita a los cambios de aceite y alineaciones de ruedas, sino que también se extiende a su sistema de frenos.
Cuando pisa el freno, la pastilla de freno y el rotor de freno se presionan entre sí, creando calor y humedad.La humedad que se acumula hace que la corrosión se acumule y puede destruir el sistema de frenos desde adentro hacia afuera.
Recomendamos el cambio de líquido de freno cada 30.000 millas, porque esto suele coincidir con los frenos, que deben ser reemplazados cada 40.000 a 50.000 millas.Es una buena idea hacer ambos servicios al mismo tiempo
¿Por qué deberías cambiar el líquido de freno?
Los cambios regulares de líquido de freno prolongan la vida útil de los sistemas de frenado antibloqueo (ABS, por sus siglas en inglés), lo que evita que los frenos se bloqueen en situaciones de emergencia, lo que permite mantener el control de la dirección.
Esta opción de mantenimiento también garantiza que el pedal del freno esté firme.Si se espera demasiado tiempo para el cambio de líquido de freno, la corrosión puede acumularse en el interior de las pinzas, lo que puede resultar en que las pinzas se arrastren.Los sellos internos se deteriorarán e impedirán que las pinzas entren y salgan correctamente.
Otra consecuencia es que el interior de las mangueras de freno blandas se romperá, restringiendo el flujo del líquido de freno.Los sangradores, que permiten a los mecánicos realizar un intercambio de líquido de freno y liberar aire, también pueden oxidar si no se mueven de vez en cuando.